UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

Presencia Franciscana en el mundo universitario.

El acercamiento de los franciscanos a los estudios se remonta a Bolonia, en 1223, cuando San Francisco autorizó a San Antonio para que enseñara la Teología a los frailes: «Al hermano Antonio, mi obispo, el hermano Francisco: salud. Me agrada que enseñes la sagrada Teología a los hermanos, a condición de que, por razón de este estudio, no apagues el espíritu de la oración y devoción como se contiene en la Regla».

La presencia real de los franciscanos en la Universidad fue en París a donde llegaron en el año 1217 y hacia 1223 iniciaron sus estudios universitarios.

Después, en el año 1224, fundaron casa en Oxford y comenzaron la vida universitaria bajo la dirección de Roberto de Grosseteste, canciller de la Universidad. A mediados del siglo XIII, la Orden de San Francisco contaba con aproximadamente 30 000 hermanos y 32 provincias o circunscripciones. Por ese entonces crearon casas de estudios en diferentes países para que los hermanos se formasen en gramática, lógica, filosofía y teología.

En París, Alejandro de Hales, maestro regente de la Universidad, ingresa a la Orden Franciscana en 1236, y el studium de los franciscanos, dirigido por Juan de la Rochela, el cual formaba sólo a los frailes, se integra a la Facultad de Teología.

Lo más relevante del aporte franciscano a la experiencia universitaria de la época está dado, según los estudiosos del pensamiento franciscano, por tres características:

• La Sagrada Escritura, como palabra inspirada por Dios, que está en la base y por encima de cualquier reflexión humana.

• El saber tiene un sentido práctico. Es medio y no fin. Para San Buenaventura, la ciencia no es causa de sí misma, sino que está intrínsecamente orientada a la experiencia del amor y de la libertad, comprendida como obediencia a Dios, que es el único capaz de salvaguardar la autonomía humana. La vivencia de la ciencia para el franciscanismo no se experimenta y entiende por la curiosidad ni por el saber que termina y se encierra en sí mismo, sino por el estudio, es decir, por la ciencia que culmina en la sabiduría, la que une a Dios y hace el bien.

• Para el saber no existen temas vedados. En el pensamiento franciscano caben todos los temas y se acogen aquellos que emergen permanentemente para darle respuestas a la problemática humana. Esto le da al ejercicio académico una continua actualidad. Desde esta perspectiva, no hay ideas absolutas o sistemas de pensamiento cerrados sobre sí mismos, sino una actitud abierta hacia la búsqueda permanente de la verdad infinita, inagotable, por el ejercicio particular del quehacer académico.

En el siglo XIX comienza un nuevo despertar de la presencia pública de la Universidad de confesión católica, sobre todo en regiones con distintas ideologías y culturas, como fue el caso de América Latina. En el siglo XX se restauran los colegios mayores que las órdenes religiosas fundaron en la etapa de la Colonia y que fueron cerrados por los gobiernos liberales después de la Independencia.

En este nuevo auge de la Universidad de inspiración católica, los franciscanos de la Provincia de la Santa Fe de Colombia restauraron y transformaron el antiguo Colegio de Estudios Superiores en el Colegio Mayor, que más tarde se convertiría en la Universidad de San Buenaventura.

 

 

Origen y Creación de la Universidad San Buenaventura en Colombia.

 


La Universidad de San Buenaventura nació en Santafé de Bogotá, en las postrimerías del siglo XVII, como Colegio de San Buenaventura.

Deriva su nombre del insigne maestro y doctor de la Iglesia, San Buenaventura, nacido en Bagnoregio (Italia) en 1221 y fallecido en Lyon (Francia) en 1274, quien como conocedor, intérprete y transformador de la cultura de su tiempo, unió el conocimiento de la ciencia con la vivencia y difusión del Evangelio, convencido de que estudio y ciencia son esenciales al ideal franciscano.

La Universidad de San Buenaventura en Colombia fue fundada por la Orden Franciscana conforme al «Decreto Especial» del Definitorio Provincial de los franciscanos de 1688, por el cual se determinó «que en Santa Fe, se erigiese y formase un Colegio con título del excelso doctor San Buenaventura».

Su dirección y construcción estuvo a cargo de Fray Diego Barroso, en 1708. Obtuvo su reconocimiento como institución plenamente constituida en el Capítulo General de la Orden Franciscana reunido en Valladolid, España, en 1740 y fue aprobada por la Corona
Española, mediante Cédula Real de Fernando VI, en 1747 «por la cual debían reconocerse a los estudiantes seculares los cursos que legítimamente constare para la obtención de sus respectivos grados, en la Universidad de aquellos reinos».

En Santafé de Bogotá funcionó ininterrumpidamente hasta el siglo XIX, cuando el gobierno nacional del general Tomás Cipriano de Mosquera dispuso la extinción de las comunidades religiosas por Decreto del 5 de noviembre de 1861. Luego, a finales del siglo XIX, un pequeño grupo de frailes, adheridos a su vocación de seguidores de San Francisco y aglutinados por Fray Jacinto Ramón Ávila, logró revivir la llama de la escuela franciscana.

Un siglo más tarde, en 1961, el Colegio fue restaurado con la Facultad de Filosofía, mediante el Acuerdo No. 16 del 14 de junio y ratificado por el Decreto 2892 de 1964. En 1973, el Colegio Mayor de San Buenaventura solicitó el cambio de nombre por el de Universidad de San Buenaventura, solicitud que fue aceptada y ratificada mediante el Decreto 1729 del 30 de agosto de 1973.

En 1975, mediante la Resolución 1326 del 25 de marzo, emanada del Ministerio de Educación Nacional, al tenor de los Decretos 125 y 1277 de 1973, fue reconocida como «fundación sin ánimo de lucro, regentada desde su origen por la Provincia Franciscana de la Santa Fe de Colombia, que mediante la actividad formativa contribuye al fomento y desarrollo de la educación colombiana». Acorde con el Artículo 19 de la Ley 30 de 1992, conserva su categoría de Universidad. Tiene su domicilio principal y sede en la ciudad de Santafé de Bogotá y seccionales en las ciudades de Medellín, Cali y Cartagena.